miércoles, 14 de septiembre de 2016

UNA VEZ MAS, Y VAN......



Ayer, día 13 de septiembre. nuevamente y para no perder la costumbre, el periódico Levante presentó la noticia sobre las nuevas acciones que va a emprender el ayuntamiento de Valencia contra los propietarios de apartamentos privados para uso turístico, mientras estudian o no  las exigencias que deben reunir dichos apartamentos y a los que, una vez más, se les llama alegales, cuando  NO alegales y SI ilegales, y digo con mayúsculas ILEGALES, son las normas que aplica el ayuntamiento de Valencia a este tipo de actividad, que si bien se considera actividad, no está catalogada como  actividad económica  por la normativa estatal y sentencias judiciales, siempre y cuando reúnan los requisitos por todos bien sabidos, y que ha de cumplir el ayuntamiento. Pero, como siempre, tan solo se piensa en una determinada clase. Entre las nuevas normas que pretende implantar el ayuntamiento de esta ciudad, está la suavización de las actualmente existentes para favorecer la rehabilitación de edificios completos por empresas hoteleras para que los alquilen por apartamentos turísticos,  rehabilitaciones que tan solo pueden ser realizadas por los que pueden asumir sus costes, comprar a precio de saldo, y liberar a sus actuales propietarios de las cargas impositivas que no pueden asumir,  e incitan a los vecinos  a formular protestas a través de las diversas asociaciones de vecinos, previamente manipuladas, en cuyas reivindicaciones, invariablemente, se argumenta, que los huéspedes que se alojan en los apartamento de alquiler a corto plazo, son los causantes del malestar vecinal, de los ruidos hasta altas horas de la noche, de las broncas y algarabías de la calle y, como no, del llamado TURISMO DE BORRACHERA, término despectivo con el que se califica al conjunto de visitantes de nuestra ciudad, niños, jóvenes y mayores,  que alquilan nuestras propiedades, olvidándose   que este tipo de alojamiento, en un 85/90 %, son ocupados por  matrimonios y padres de familia acompañados de sus hijos, y por hombres y mujeres de negocios, que prefieren  este tipo  de   de alojamiento, en los que pueden realizar sus comidas, desayunos y meriendas, y no a los ofrecidos por  un hotel por habitaciones de 20 metros cuadrados (si es que llega) en las que se sienten confinados, y cuya máxima comodidad es estar tumbado en la cama mirando el techo, pues si quieres disfrutar de TV, en la mayoría de los casos, tienes que pagarla, o de apartamentos situados en edificios de apartamentos turísticos de alquiler promovidos por grandes empresas hoteleras, que lo único que buscan es eliminar una competencia que les hace daño por su calidad y precio, es decir ,por  lo que estas empresas no pueden ofrecer. Pero en tanto se discute la nueva normativa que regule este tipo de alojamiento, en los que sumamente interesado está nuestro excelso ayuntamiento, guiados por la no menos excelsa corporación e inspirada por el señor Sarría i Morell, ilustrísimo señor, que no ha tenido más empleos que los derivados de su calidad de político, sin un historial que ofrezca un mínimo de conocimientos en urbanismo, es  hoy el portavoz del Área de Desarrollo Urbano y Vivienda, además de desempeñar diversos cargos en empresas públicas, se dispone a descubrir a los llamados apartamentos ilegales por mediación de agentes destinados a sonsacar a los vecinos mediante el chivatazo, y,  a ser posible, de aquellos cuya inquina viene demostrándose continuamente a través de las denuncias contra el botellón y las broncas que se producen en la vía pública, cuando éste no es problema que deba ser abordado y resuelto por los propietarios de apartamentos, sino por la fuerza pública que debe mantener el orden y seguridad de las calles. Pero además, estas denuncias siempre van en la misma dirección: sus causantes son los apartamentos privados arrendados por días a los visitantes de esta ciudad, en tanto que los erasmus (estudiantes, hay que se condescendientes) ocupan pisos completos alquilados por habitaciones, en condiciones muchas veces lamentables de habitabilidad e higiene,  que provocan molestias a la vecindad y a las comunidades de vecinos, que siendo bolsas de fraude en el alquiler, campan a sus anchas; o de los edificios completos destinados a apartamentos turísticos de grandes empresas hoteleras ocupados muchas veces por grupos de jóvenes mochileros como a veces los he visto acceder en bandadas, y por qué no de los propios hoteles. Todos ellos tienen “habeas corpus”; los malos son los propietarios de apartamentos privados, que nada tienen que ver con el turismo de borrachera ni con los escándalos en las calles. Mientras tanto, el ayuntamiento hace la vista gorda a la suciedad de las calles de la ciudad con sus orines y excrementos de animales y de no tan animales, con la prostitución que pulula ofreciendo sus servicios a los transeúntes que van por las calles aledañas a la Plaza del Ayuntamiento, o por los mendigos que solicitan al viandante una moneda o están tirados en las aceras y que cada paso se encuentran, y tantas y tantas otras obligaciones que el ayuntamiento elude, no avergonzándose y ni siquiera citar a pesar de ser una corporación dominada por “progres”, progres ¿de qué?  ¿Por qué el Sr. Sarria i Morell, en cuyo historial profesional no se menciona un solo empleo en la empresa privada, (es decir, viviendo siempre del chollo), y cuyo conocimiento en urbanismo no es desconocido, no regula igualmente la infinidad de oficinas, despachos de abogacía, notarías, gestorías, consultas médicas, estudios profesionales de todas clases, sedes empresariales, e incluso clínicas privadas con sus aparatos radiológicos, verdadero peligro para los vecinos, etc., etc. (podríamos continuar y no acabar) ubicados en primeros, segundos, terceros, cuartos, etc. pisos de edificios residenciales, cuya identificación es suficiente con leer las placas situadas en las fachadas de edificios y no acudir al chivatazo de vecinos? ¿piensa también eliminarlos? ¿o es que de estos no hay intereses no confesables? ¿Por qué el Sr. Sarría i Morell, perdón, ilustrísimo, que desde que tiene poder no ha dejado de incordiar a los propietarios de apartamentos de alquiler a corto plazo? ¿Por qué el Sr. Sarría i Morell, vuelvo a pedir perdón, ilustrísimo, no lee y cumple la normativa estatal y las sentencias judiciales que vienen dando la razón a este tipo de viviendas, buscando tan solo los vericuetos para eliminarlas a favor de otros sectores, e impedir su implantación y desarrollo como un hecho de los tiempos actuales?   ¿Es que es un iluminado y esa iluminación nos aturde, pero cuyo aroma, si es que la iluminación tuviera aroma, no es nada agradable? Por favor, déjese de pamplinas y de argumentaciones demagógicas y dé soluciones equitativas y no de intereses sectarios poco recomendables. ¡Entérese de una vez que los ilegales son ustedes!
Y como colofón: ¿por qué las asociaciones de propietarios de apartamentos de alquiler a corto plazo no se unen y dan la batalla todas juntas? A ver, que me lo expliquen

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